"Déjate llevar"
CANALIZACIÓN
«El plan del universo es un plan consciente, coordinado, bueno para todos. Confía en el plan del universo y déjate llevar. No hace falta tanto esfuerzo, solo déjate llevar y pon amor allí donde la vida te lleve»...
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Queridos hijos, os habla una vez más la Madre María. Bienvenidos. Siempre me alegra el corazón recibiros, como a cualquier madre cuando recibe a sus hijos. Gracias por crear este espacio de encuentro. Gracias por hacer hueco en vuestras vidas, en vuestro día a día, para que este encuentro pueda darse. Gracias por creer, por tener esa fe en algo que no podéis tocar, que sólo podéis sentir, porque sé que sí podéis sentirme claramente, sentir mi amor, y os aseguro que eso es absolutamente real.
La división entre los diferentes planos cada vez es más sutil, más ligera. Vuestra frecuencia, vuestra vibración, se va elevando y cada vez nos resulta más fácil conectar con vosotros. Eso nos llena de felicidad. Han sido tiempos difíciles, cuando esto era mucho más dificultoso o no era posible, pero esos tiempos pasaron. Y, como ya os hemos dicho en otras ocasiones, cada vez os va a resultar más fácil a todos, de manera generalizada, sentir y contactar con vuestra propia parte divina, con vuestro yo superior, con esa conciencia superior que forma parte de vosotros mismos y también con vuestro equipo de guías de luz que están a vuestro lado permanentemente para guiaros, para asesoraros, para apoyaros energéticamente y con todo su amor. Vuestros seres queridos, que pasaron a otros planos, también lo hacen, también están ahí enviando todo su amor y su mejor energía para sosteneros y ayudaros a crecer en conciencia.
Ha llegado el momento de la coherencia. Cada vez más os resultará imposible, por incómodo y molesto, ser incoherentes en todos los aspectos de vuestra vida, desde los más sencillos a los más complicados. Estáis acostumbrados a utilizar muchas caretas, muchos comodines, para evitar conflictos y para adaptaros a las expectativas de los demás, para sentiros queridos y respetados por los demás. Pero esto cada vez os va a resultar más difícil. La necesidad de ser vosotros mismos y de ser coherentes con vosotros mismos cada vez va a ser más fuerte. Que no os asuste. Esto no es un castigo divino, todo lo contrario. Simplemente crecéis como humanidad, maduráis, y esa madurez es la que os pide ser vosotros mismos, porque os vais a sentir también más seguros, con una mayor autoestima y un mayor poder personal. Vuestro poder personal se ha visto dañado en vidas anteriores y en ésta también por programas y heridas emocionales que arrastráis del árbol genealógico y de otras vidas. Pero es hora de sanar todo eso, es hora de recuperar vuestro poder personal y de ser vosotros mismos, no para enfrentaros a nadie ni a nada; simplemente para brillar, para ser felices, con plenitud, y para compartir vuestros dones con los demás, para fomentar la colaboración entre vosotros. Porque el ser humano, de forma individual, no es perfecto; ninguno de vosotros sois perfectos de manera individual, pero sí que lo sois como colectivo. La humanidad, como colectivo, es perfecta, porque os complementáis. Todos vuestros dones son complementarios y, cuando los compartís, podéis alcanzar esa plenitud como comunidad, como ente, pero a nivel colectivo. Así es que intentad trabajar de manera individual, que es lo que está en vuestra mano, para, desde esa fortaleza individual, poder compartir con los demás, poner vuestros dones, vuestras capacidades, vuestros talentos, al servicio de los demás, y eso os llenará de felicidad y de plenitud.
El Arcángel Miguel os entrega, te entrega, su espada de poder, de poder personal. Visualiza, imagina, cómo esa espada se integra en ti. Es una espada enorme cuya vertical coincide con tu estatura y cuyo puño horizontal, o el ensamble horizontal, coincide con tus brazos. Esta espada simboliza el anclaje de tu poder personal y, desde él, puedes abrazar a los demás y puedes abrazar las diferencias con los demás, porque las diferencias no os separan, las diferencias os complementan. Intenta acercarte o abrirte a la visión que los demás te dan, a esas visiones a través de otros ojos que ven la realidad desde otro punto de vista. Hay tantas realidades como personas, no existe una realidad única, sino una realidad complementaria. Os necesitáis unos a otros para poder ampliar vuestro rango de realidad. El rango de realidad que abarcáis es mayor cuanto mayormente os abráis a la visión de los demás. Sois como un caleidoscopio (o como un collage); cada uno tiene una porción de visión de la realidad, y uniéndolas todas se forma ese cuadro completo que, de otra manera, no tendría sentido. Pero cuando sumáis todas las visiones, es cuando toma sentido.
El Arcángel Rafael, que es el de la sanación, el de la luz naranja de la sanación, te abraza, te envuelve en su luz sanadora, junto a Metatrón para que, con su luz violeta, su luz transmutadora, ellos dos ayudan a transmutar y a sanar vuestras viejas heridas. Es el momento de la aceptación. La sanación implica aceptación. No es necesario el olvido, no es que tengas que olvidar lo que ocurrió, o lo que te dolió o el daño que te hicieron, pero sí acepta que eso pertenece al pasado y que hoy puedes tomar la decisión de cambiar el futuro, de soltar el pasado, de dejar que el pasado te siga doliendo, te siga afectando, te siga condicionando; soltarlo para poder avanzar libremente hacia lo que tú quieras ser. Esa herida no eres tú, esa herida se produjo desde la inconsciencia de unos y otros, desde la falta de amor o de comprensión. Pero tú puedes decidir seguir adelante y dejar que cierre, dejar de hurgar en ella, dejar de poner tu atención en ella y simplemente aceptar que sí, que te dolió, que te duele, que ocurrió, pero que ya no quieres seguir mirando hacia ese lado, que es hora de mirar hacia quién quieres ser y caminar hacia esa versión de ti, liberada del dolor y liberada de la sensación de abandono o de infravaloración o de calumnia. Cualquiera que sea el dolor que hay en ti, puedes decidir soltarlo, abrazarlo con amor, envolverlo en un abrazo y dejar que se vaya, ya es suficiente. Y tú puedes darte a ti mismo, a ti mismo ese amor, esa comprensión, ese valor, esa verdad, esa afirmación de ti mismo que necesitas. Cree en ti, si tú crees en ti todo lo demás sobra. Abrázate y acéptate con lo bueno y con lo frágil, con lo que sea desarrollado y con lo que aún está en proceso. Aceta tus propios procesos y dale tiempo y amor para que sigan madurando y creciendo.
Y el arcángel Gabriel, que es el del amor, te envuelve en su luz blanca para que desde ahí, desde el amor y desde la inocencia, sanes y puedas elegir caminar hacia tu nuevo yo, hacia el que eliges ser, el que está dentro de ti deseando que le des la oportunidad de brillar. Conectando con tu niño interior, con esa niña, ese niño que aún vive en ti con ilusión, con la ilusión de ese niño, con la fe de ese niño que es capaz de creer en lo mágico, en que todo es posible; pues desde ahí elige ser tu mejor versión y materializarla, para tu propio bien y al todo tu entorno, porque si tú mejoras todo tu entorno mejora.
Ahora todos tus ancestros te acompañan; presente, pasado y futuro están unidos, son uno. Y tú eres el vórtice que los une y que los transmuta, que puede intercambiar entre ellos energía. Eres la mejor versión de todos tus antepasados y aún puedes seguir mejorando. Agradece a todos los que fueron antes que tú, todo su trabajo, todo su esfuerzo, todo su dolor y todo su amor. Hónralos por ello; porque tus dones también han crecido gracias a ellos. Pide perdón si no se les ha reconocido de la manera adecuada. Si alguno de ellos no se sintió reconocido, valorado o amado, hazlo tú ahora. Entrégale a ese antepasado ese reconocimiento y ese amor. Todo está en su lugar y cada uno de ellos ha sido importante, es importante, y merecedor de todo tu reconocimiento, de todo tu amor y de todo tu agradecimiento. Y gracias a ellos y con ellos puedes caminar hacia una versión plena de ti mismo.
El amor es el ingrediente principal en cualquier receta. El amor marca siempre la diferencia. Hagas lo que hagas, hazlo con amor y compártelo con amor. Y siempre será un éxito, más allá de la visión materialista. Será un éxito porque te producirá satisfacción personal y te hará crecer a nivel personal, y eso es lo más importante y lo más valioso. Atrévete a poner en marcha lo que hay dentro de ti, a mostrárselo a los demás, a compartirlo con amor. Y verás cómo, seguro, recibes mucho a cambio. Porque, aunque sea una frase muy usada, es absolutamente real: el amor, cuanto más se comparte, más crece y más se multiplica. Así es que no tengas miedo de amar, porque cuanto más ames, más amor se te devolverá. Y ama sin juicio, sin interés, eso es amar. El amor no critica, no juzga; simplemente acepta el proceso del que tiene enfrente, su mayor o menor consciencia, y desde ahí, con respeto, comparte, respetando también los límites de los demás. Porque también muere la planta por exceso de agua, por exceso de riego. Ama sin exceso para el otro, respetando los límites del otro. Se puede amar silenciosamente, calladamente, enviando toda tu buena intención y todo tu amor, aunque no se manifieste de ninguna otra manera; a veces eso es suficiente.
Vuestro intercambio energético, que no soléis tener en cuenta, también hace, también suma y es muy importante, más de lo que creéis. Así es que a esa persona con la que no es posible comunicarse de otra manera, envíale amor, envíale tus mejores deseos, y eso ya es una ayuda importante.
Ahora te pido que te visualices, sentado en círculo, en tu estado divino, en ese ser de luz que eres, conectado con cada ser que habita este planeta. Todos vuestros corazones están conectados a una gran red que brilla y palpita, que late acompasada. Visualiza cómo vuestros corazones se unen al corazón de Gaia, de la Madre Tierra. Y todos sois un único latido, un único latido de amor, de aceptación, de paz.
Esa red, esa luz, sigue creciendo y os conecta con el resto de los planetas, con el Sol, con toda la Vía Láctea. Siente la inmensidad, la fuerza sideral de ese latido universal.
Y esa luz sigue creciendo. Eres como un pequeño átomo que palpita dentro de un gran ser, como las muñecas rusas: un ser dentro de otro ser, dentro de otro ser. Y tú eres solo un átomo, pero eres importante; cada átomo es importante para que ese gran ser sea exactamente como es: lleno de luz, lleno de amor, lleno de matices… hasta conectarte con la fuente primigenia, Madre-Padre universal. Siente su amor, siente su fuerza, su latido. Tú estás en Él y Él está en ti, tú estás en Ella y Ella está en ti. Sois uno.
Eres una gota en este océano infinito, pero toda la fuerza del océano está en ti. Siente esa plenitud y deja que se exprese a través de ti, con tus matices, con tu esencia, con tu música.
Suelta el control e intenta leer esa partitura del universo, leer a dónde te lleva la vida, seguir su melodía.
Porque el plan del universo es un plan consciente, coordinado, bueno para todos. Confía en el plan del universo y déjate llevar. No hace falta tanto esfuerzo, solo déjate llevar y pon amor allí donde la vida te lleve.
Y ahora, poco a poco, siente cómo ese pequeño átomo cae despacito y entra en tu cuerpo, ocupándolo plenamente. Vuelves a sentir tus pulmones, tus brazos, tus piernas… Mueves los hombros, el cuello… y vuelves al aquí y al ahora, sabiendo que toda la grandeza del universo está en ti, y que puedes confiar en su plan para ti, porque lo ha diseñado con todo el amor y con toda la precisión. Así es que confía y disfruta del viaje.
Y recordad, queridos hijos, que yo también estoy aquí con vosotros, con todo mi amor y con toda mi fortaleza. Y que siempre que os dirijáis a mí, con gusto os tomaré la mano y os guiaré.
Yo os bendigo.
MADRE MARÍA
a través de Pilar González
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