"La magia de la transformación"
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«Solo el amor consigue la magia de la transformación. Usa esa magia en tu vida. Usa la fuerza del amor, del amor incondicional: el que acepta, el que no pone condiciones, el que acoge»...
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Queridos amigos, nos alegra recibiros una vez más, que abráis de nuevo este espacio-tiempo para reunirnos. Gracias de todo corazón. Lo decimos no como rutina, sino de manera viva y genuina en cada encuentro.
Nos alegra que cada vez seáis más los faros de luz, las antenas que nos conectan a la Tierra, los canales que expanden nuestra luz y nuestro mensaje.
Gracias, gracias, porque sabemos que en el día a día y la rutina a veces es fácil dejarse arrastrar, y sin embargo ahí permanecéis, haciendo vuestro trabajo personal, vuestro esfuerzo personal para manteneros en la vibración adecuada: en el amor, en la alegría, en la paz.
Esto —ni el amor, ni la paz, ni la alegría— es algo que se encuentre, que te llegue, que esté ahí para ti sin más. Es un trabajo personal, es una elección, es una forma de vida. Y sabemos que a veces os veis en situaciones en las que tenéis que hacer acopio de toda vuestra fe, de toda vuestra confianza, de todos vuestros valores, para afirmaros en ellos, en estas elecciones maravillosas.
Vivís tiempos de transformación, y eso siempre implica caos y convulsión.
Por eso, ahora más que nunca, os animamos a crear estos espacios para ir hacia adentro, para conectar con vuestro yo superior, con la calma, con el amor y con la alegría que está dentro de cada uno de vosotros, sin excepción. Solo tenéis que calmaros, buscar ese espacio para que el agua se aquiete y pueda volverse transparente dentro de vosotros, y aflore el manantial de luz interno que lleváis.
Sois portadores de luz. La chispa divina está en cada uno de vosotros y eso os convierte en tesoros vivos.
Así es que honrad la vida que hay en vosotros, honrad la divinidad que hay en vosotros. Y la mejor manera de hacerlo es disfrutando la vida, valorándola, celebrándola; celebrando cada pequeña cosa que os la facilita, que os la hace mejor en vuestro día a día. Y todos tenéis muchas, muchas cosas, muchas personas que agradecer, muchas circunstancias.
Y con esas otras cosas, personas y circunstancias menos gratas y más complicadas, no luchéis: aceptadlas, rendíos. Dejad de intentar imponer al otro vuestro criterio, vuestra visión de las cosas. No tiene sentido: miráis por diferente cristal, nunca veréis exactamente lo mismo. Es el momento de aceptar y acoger al otro tal cual es… y a vosotros mismos.
¿Quieres mejorar? Estupendo, eso es excelente. Pero no lo hagas desde el rechazo hacia ti mismo o hacia esas partes de ti que no te gustan. Hazlo desde la aceptación y desde el abrazo a esas partes de ti que te incomodan. Como a un niño triste o enfadado, acoge esa parte de ti, abrázala y mímala. Dile lo que necesita oír. Dite a ti mismo, a ti misma, lo que necesitas oír.
Imagina, visualiza ahora una columna de luz dorada que te envuelve y que se alarga y conecta hacia arriba con el corazón mismo de la Fuente, y también se alarga y conecta hacia abajo con el corazón de Gaia, la Madre Tierra. Deja que la energía del cielo y de la tierra llegue hasta ti. Deja que te empape, te nutra, te limpie.
Visualiza cómo, célula a célula, esa luz limpia, nutre y renueva todo tu ser, cada órgano, de la cabeza a los pies. Siente cómo tu glándula pineal, en el centro de tu cabeza, se ilumina como un gran sol, se llena de vitalidad y emite un rayo dorado hacia arriba que la conecta al corazón de la Fuente, y otro rayo dorado hacia abajo que la conecta con tu corazón.
Visualiza cómo tu corazón estalla como un gran sol en tu pecho, lleno de luz, energía y vitalidad. De él sale otro rayo dorado que se conecta con tu plexo solar, en el abdomen, con tu poder personal, que estalla como otro gran sol lleno de energía, de luz, de vitalidad. De él sale otro rayo dorado que te conecta con el corazón de Gaia.
A la vez, un rayo verde sube desde el corazón de Gaia hasta tu plexo solar, inundándolo de luz y energía. Otro rayo sube conectando tu plexo solar con tu corazón, con esa energía verde de la Tierra, sanadora y llena de nutrientes y vitalidad. Y de nuevo, un rayo verde sube hasta tu pineal, hasta el sol de tu cabeza, llenándolo de energía, limpiándolo y renovándolo.
Ese rayo verde, desde tu pineal, sube hasta el corazón del universo. Siente la energía del cielo y de la tierra en ti. Siente su fuerza, su vitalidad. Deja que te recargue y te nutra.
Puedes entregar a la Tierra, a través de esos rayos que te conectan con ella, todas las preocupaciones, todos los miedos, todas las partes de ti que no te gustan, todos los problemas, todos los dolores, incluso los problemas físicos: entrégalos. Deja que la Tierra los transforme.
Y, a la vez, a través del rayo que te une con la Fuente divina, entrega todas tus partes más elevadas, todos tus anhelos, todos tus sueños. Pídele que te muestre el camino y las oportunidades para realizarlos. Y también que esos anhelos no te cieguen para ver cosas más importantes que, a veces, son tu verdadero camino.
Entonces, dile al universo: “Confío en ti, muéstrame el camino cada día”. El universo te ama y siempre te llevará por el mejor camino para ti, por la mejor opción. Está más allá de lo que tú sueñas, más allá de lo que tú ves, porque su visión es más clara y más grande que la tuya.
Y ahora visualiza cómo tu corazón emite cientos, miles de rayos de luz diamantina que se unen al resto de corazones de la humanidad, al corazón de Gaia y al corazón del Sol Central, formando una gran red de luz. Siente cómo el amor circula por ella.
Tu bien es mi bien, y mi bien es tu bien. Estáis unidos. Y solo el bien común conseguirá encontrar la paz, la armonía y la felicidad.
Respira amor. Inhala amor y exhala amor. Que el amor pase a través de ti, que inunde cada célula, cada órgano, y salga a través de ti inundando tu hogar, tu centro de trabajo, tu ciudad, tu planeta, tu universo.
Solo el amor consigue la magia de la transformación. Usa esa magia en tu vida. Usa la fuerza del amor, del amor incondicional: el que acepta, el que no pone condiciones, el que acoge. Empezando por el amor a ti mismo, a ti misma. Acoge tus limitaciones, respétalas, ámalas para poder trascenderlas.
Queridos amigos, gracias por compartir con nosotros estos momentos. Volved de nuevo a vuestros cuerpos, a vuestras vidas, a vuestro espacio, llenos de amor, llenos de luz, llenos de energía. Sed ese faro para los demás, donde poder recalar con paz y tranquilidad, con aceptación y con amor.
Os amamos profundamente. Hasta pronto.
MAESTROS, GUÍAS Y SERES DE LUZ
a través de Pilar González
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