"Se abren nuevas puertas"

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Febrero 2025

«No estáis solos. Os acompañamos con amor, en esta nueva etapa en la que la humanidad empieza su despertar, más allá de los cinco sentidos a los que estáis habituados»...    


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Queridos hijos, bienvenidos una vez más. Soy la Madre María. Es, como siempre, un placer recibiros, que me alegra el corazón. Todas las madres se alegran cuando sus hijos se acercan a ellas. Permitidme que os cubra con mi manto de luz, para que la ternura y el amor se activen en vuestros corazones. 

Sois profundamente amados. Sois nuestras pequeñas semillas, pero vuestro potencial es enorme. Y llega el momento de que esa semilla empiece a desarrollarse y a florecer, para que vuestros potenciales se activen y se desarrollen. Así es que no tengáis miedo de vosotros mismos. No tengáis miedo de vuestras nuevas percepciones, de vuestras nuevas ideas, de vuestras nuevas curiosidades. Permitíos conoceros a vosotros mismos, a vuestra nueva versión. Confiad en vuestra sabiduría interna, en vuestra guía interna, en vuestro maestro interno. Está en todos y cada uno de vosotros, no lo dudéis. Y si crees que tienes dificultad para conectar con esa parte de ti, simplemente relájate. Y no intentes hacer nada, simplemente sé tú mismo, tú misma. Y escucha a tu cuerpo físico, a tu corazón. Eso es suficiente. 

No os empeñéis en mantener el personaje que habéis sido hasta ahora. No os empeñéis en ser fieles a esos personajes, porque ha llegado el momento de ser mucho más. Esos personajes han quedado pequeños y, como los reptiles, como las serpientes que cambian su piel cada temporada, ha llegado el momento de que vosotros también cambiéis esa envoltura, mental en este caso, y os abráis a vuestros nuevos dones. Estáis preparados como humanidad para ir un poquito más allá, para que partes dormidas de vuestro ADN se activen, para que memorias dormidas se activen y tengáis la capacidad de hacer cosas que antes no podíais ni imaginar. Así es que recibidlas con amor, con respeto, y usad bien vuestros dones, para vuestro mayor bien y para el mayor bien de todos, de vuestro entorno.

Te pido ahora que cierres los ojos, te acomodes, te relajes… y visualices cómo, al respirar, tu cuerpo se llena de luz, de la luz dorada del sol. No es simplemente el sol que estás acostumbrados a ver, que es maravilloso y que también te conecta con la Fuente; pero es una luz que viene de aún más allá: es la luz del Sol Central, de la Fuente Creadora. Es una luz llena de amor y de información. Es una luz pura que te conecta con tu esencia. Siente cómo entra a través de tu nariz, llenándote de luz, de bienestar, de energía vital. Y llega a tus pulmones, que se iluminan como grandes alas de mariposa. Siente cómo aletean en tu pecho y se extienden. Y con cada respiración, la luz sigue inundando todo tu ser. Pasa al corazón, que se ilumina como otro gran sol, reflejo del Sol Primigenio. Porque Dios está en ti y tú en Dios, y sois uno. Tú eres su reflejo, su hermoso reflejo. Y con cada respiración la luz sigue creciendo, intensificándose, y tu corazón la bombea como un gran manantial que se extiende por todos tus órganos: esófago, estómago, bazo, páncreas, hígado… Deja que se inunden de luz, que se renueven, se revitalicen, se relajen. Muéstrales tu agradecimiento y tu amor por su colaboración diaria contigo; ellos te sostienen. 

La luz sigue avanzando: intestinos, riñones, vejiga, genitales... todo se llena de luz, de vitalidad, de amor. La luz se extiende más allá, por cada célula, a brazos y piernas hasta la punta de los dedos de los pies y de las manos. Todo tu cuerpo resplandece: te sientes lleno de amor, de paz, de vitalidad. Y la luz sigue creciendo y sube por tu cuello, tiroides, timo, hasta vuestro cerebro. Cada neurona, cada surco, se llena de luz. Cada músculo, tendón… todo vuestro cuerpo resplandece de la cabeza a los pies. Tú entero eres un sol brillante, resplandeciente. Y la luz sigue creciendo, y los destellos te envuelven y refulges como una estrella. Y de esa estrella sale un rayo dorado que la conecta con el Gran Sol Central, con la misma Fuente Creadora. Y otro rayo que la conecta con el corazón de Gaia. Y miles y millones de rayos más que te conectan con el resto de seres humanos. 

Sois una gran red, como pequeñas células que forman parte de Gaia, del universo y de la Fuente. Todo está conectado. Siente la energía que recibes del Gran Sol Central, llena de amor, de paz, de vitalidad. Siente la fuerza de tus hermanos y hermanas, que forman un todo con vosotros, un gran océano de luz. Siente la fuerza de Gaia, que te nutre. Siente el ritmo de su corazón, que es tu ritmo. 

Visualiza cómo Gaia, igual que tú te has conectado al resto de seres humanos… visualiza cómo Gaia también, como una gran estrella de luz, emite miles de rayos que la conectan al resto de planetas: Mercurio, Neptuno, Urano, Plutón... Se va conectando a cada planeta, y por supuesto al Sol y a la Luna. Toda la Vía Láctea está conectada entre sí.

Vuestros hermanos de Pléyades, de Orión y de otras estrellas os saludan. Os envían su amor. Llevan miles de años guardándoos, protegiéndoos, cuidándoos... y seguirán haciéndolo. Pero igual que vosotros sois felices cuando vuestro bebé comienza a dar sus pasos y a hablar o balbucear, aunque aún no sea un lenguaje desarrollado, con la misma felicidad y con el mismo amor os reciben vuestros hermanos mayores. Aquí nos tenéis a todos a vuestra disposición, no dudéis en pedir ayuda. No se puede ayudar a aquel que no quiere ser ayudado; necesitamos vuestro consentimiento. Así es que, siempre que nos lo pidáis, estamos a vuestra disposición. Siempre que necesitéis consejo, buscad un momento de tranquilidad, haced silencio en vuestro interior y hacednos presentes; y ahí estaremos. Ahí estaremos con gusto y con amor.

Y ahora, poco a poco, respiramos de nuevo. Sentimos el aire renovado en vuestros pulmones. Movemos brazos, piernas, hombros, cuello. Y vuelves a tomar conciencia de tu cuerpo, de tu maravilloso cuerpo, y del aquí y el ahora. 

Ya sabes: no estáis solos. Os acompañamos con amor, en esta nueva etapa en la que la humanidad empieza su despertar, más allá de los cinco sentidos a los que estáis habituados. Se abren nuevas puertas a otras dimensiones de vuestro ser, y si te atreves, si te das permiso, podrás descubrir todo eso que hay en ti y que estaba dormido y ha despertado.

Hasta pronto, queridos.


MADRE MARÍA Y HERMANOS ESTELARES 

a través de Pilar González


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