"Un patio de recreo"
CANALIZACIÓN
«Intentad que vuestra vida sea un patio de recreo. Sabemos que no todo es color de rosa, pero intentad apostar por la ilusión, por el juego en el mejor sentido de la palabra y por la creatividad»...
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Queridos niños, queridos hijos todos, soy la Madre María.
Os recibo con todo mi amor. Hoy os agradezco, como siempre os decimos, pero es real, que nuestro corazón se alegra cada vez que abrís este espacio y permitís que nos hagamos presentes en vuestro aquí y ahora.
Gracias de todo corazón por ser canales de luz entre el cielo y la tierra. Vosotros sois esas antenas que permiten a Gaia ir haciendo su recalibración y su crecimiento a la vez que lo hacéis vosotros; todo está conectado, todos estamos conectados.
Sois realmente imprescindibles e importantes. Tendéis a pensar que otros planos más sutiles son más importantes que el vuestro, pero no entendéis que formáis parte también de esos planos sutiles, que vuestra conciencia forma parte de ellos porque sois seres multidimensionales. Sois como un iceberg, vuestra parte material es solo un 5% de lo que sois. El 95% no lo veis con vuestros ojos físicos, no lo tocáis con vuestros sentidos físicos, pero podéis sentirlo con el corazón y con los ojos del alma. Si vais hacia adentro, si vais al interior de vosotros mismos y conseguís dejar toda inquietud, podréis conectar con ese todo que sois, con toda la grandeza que hay en vosotros, en cada uno de vosotros.
Tú eres un ser de luz maravilloso y grandioso, lleno de poder, lleno de sabiduría, lleno de creatividad. Y eso es lo que estás haciendo aquí, materializar tus propias creaciones. Y así es como colaboráis con la Gran Fuente, con Dios Padre-Madre, a crear, valga la redundancia, mundos maravillosos llenos de matices de cada uno. Y es muy hermoso que así sea, que entre todos consigamos hacer mundos colaborativos maravillosos.
Sabemos que es complicado desde vuestro lugar sentiros parte del todo, sabemos que os cuesta sentir la totalidad. Os animamos por eso a dedicar a diario un ratito a estar con vosotros mismos; a poneros una música agradable, poner las manos sobre el corazón y respirar profundo, sentir vuestros pulmones, vuestro cuerpo, agradecer a cada célula, a cada átomo, a cada órgano que forma parte de vosotros, que tiene su propia conciencia, su propia memoria y que agradecen que les prestéis atención; a dialogar con vuestros dolores, preguntar qué necesitan, cómo podéis ayudarles; os sorprenderá cuánto podéis descubrir así de vosotros mismos.
No tengáis miedo al dolor, no tengáis miedo a la fragilidad, a la vulnerabilidad, porque ahí está vuestra autenticidad. Y esos son vuestros mayores potenciales. Cuando abrazáis todas esas partes que os asustan de vosotros mismos, cuando las cobijáis y les preguntáis "qué necesitas", ahí puede surgir una gran grandeza en vosotros mismos.
Todo está en vosotros. Eso que pedís a los demás, están vosotros. Cuando te enfadas porque el otro no te valora, te enfadas realmente porque tú no te valoras y eso es lo que realmente te hace daño. El otro sólo te está haciendo despejo, sólo está consiguiendo que veas lo que necesitas darte. Cuando te enfadas porque el otro te humilla, tú te estás humillando. Así es que empieza por ti, empieza por valorarte, empieza por reconocer todo lo bueno que hay en ti, por respetarte a ti mismo. Permítete ser tal como eres, no como crees que los demás desean que seas; permítete ser tú mismo. Se fiel a ti mismo, eso es lo más importante, la mayor fidelidad a ti misma, porque sólo así podrás ser feliz y sólo así podrás desarrollar todo tu plan de vida. Deja de sostener personajes, déjalos que se caigan, que se rompan en mil pedazos. No te preocupes, quien realmente te ama, te amará tal cual eres; te amará mucho más cuando vea toda tu belleza. Sé que a veces os asusta que los demás se horroricen de vuestros miedos, de vuestras pequeñeces. Pero no es así, porque es algo que compartís todos. Y sólo hay una manera de superar todo eso, y es reconocerlo, visibilizarlo e incluso compartirlo, porque eso te libera a ti y libera al otro; hace que el otro entienda que no te vas a asustar, porque tú también tienes tus miedos, también tienes esas partes de las que no estás orgulloso, esos errores o esas carencias. Y toda carencia no es otra cosa que carencia de amor. Cuando pones amor donde ves carencia, la carencia desaparece. La respuesta siempre es el amor. Puede que lo hayas oído muchas veces, pero es que es una verdad con mayúsculas. Todo problema tiene la misma respuesta: ponle amor, y en primer lugar amor a ti mismo.
Hoy hay aquí muchos maestros contigo, y tus guías, seres queridos de todos los planos... te acompañan. Porque tú y la humanidad contigo (porque estáis todos conectados y sois un gran cuerpo) estáis en un momento de crecimiento, de cambio de etapa. Digamos que dejáis la adolescencia para entrar en una juventud. Eso es un paso de madurez importante. Y desde estos planos más útiles, lo que queremos deciros es que estamos aquí a vuestra disposición, que por favor nos tengáis en cuenta, nos hagáis presentes, que habléis con nosotros que os haremos llegar siempre en nuestras respuestas a través de la inspiración, de las sincronías. Sólo tenéis que estar atentos a abrir los ojos y parar, parar cada día un ratito para escucharos y para escucharnos.
Os voy a decir otra frase muy manida y muy real: "No tengáis prisa, a donde vais es hacia vosotros mismos". Así es que parad, dedicaos momentos de escucha, de conexión con vuestro todo, incluida vuestra materia que también es importante. Todo es importante porque todo está unido y el cuerpo os está hablando del alma. Todo lo que grita el cuerpo es lo que no sabéis escuchar en el alma. Cuanto más os paréis a escuchar vuestra consciencia menos gritará a vuestro cuerpo.
Quiero por último recordaros que sois niños, seguís siendo niños en vuestro interior. En realidad esa es la clave de un adulto feliz, mantener vivo y saludable a su niño, mantener viva a la ilusión, la inocencia; ser capaz de ver las cosas como si fuese la primera vez cada día, sin prejuicios. Ya sabemos que es difícil liberarse de los prejuicios cuando se van acumulando experiencias, pero intentad renacer cada día, intentad darle a cada día la oportunidad de sorprenderos y de jugar, de reconectar con nuestra parte más entusiasta y creativa. Y eso necesita un mantenimiento y una alimentación, como todo; necesita que hagáis cosas que os gustan, que alimentan el alma; que dediquéis el arte, al que sea: pintar, escribir, tocar o escuchar música, cantar, bailar... pasear por la naturaleza o cuidar vuestro jardín, vuestras plantas; abrazar a vuestras mascotas, hablar con ellas, sentir su energía y su amor; y por supuesto, conectar con vuestros amigos, hermanos, compañeros, de corazón a corazón, intentando ver el niño que hay en el otro, más allá del personaje que quiere interpretar, más allá de esa apariencia que se ve más fácilmente; intentad conectar con la esencia del otro.
Nada más, queridos niños. Intentad que vuestra vida sea un patio de recreo. Sabemos que no todo es color de rosa, pero intentad apostar por la ilusión, por el juego en el mejor sentido de la palabra y por la creatividad, y alimentad las cosas que hay en vuestra vida que os llevan a eso.
Te voy a pedir que por un momento vayas a tu corazón, a tu corazón de niño, y que intentes sentir qué es lo que le ilusiona, qué es lo que ilusiona a tu corazón.
Pues... dedica tiempo a eso, abre espacios en tu vida para eso. Porque ese es tu motor, y el motor es importante, si él no se avanza.
Recibid mis bendiciones, como una lluvia otoñal, maravillosa. Y quedo a vuestra disposición. Por favor, contad conmigo. Os amo con todo mi corazón.
MADRE MARÍA
a través de Pilar González
MADRE MARÍA
a través de Pilar González
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