"Abrir la ventana"
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«El perdón es como abrir la ventana y volver a dejar que entre la luz y el aire y todo se renueve»...
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Queridos amigos, bienvenidos un día más.
Como siempre, pero de todo corazón, os repetimos que nos alegra enormemente que abráis este espacio de encuentro. Os sentimos tan cerca... y confiamos en que podáis sentirnos con la misma cercanía. Aquí estamos con vosotros y para vosotros. Sabemos que atravesáis procesos complicados. Los cierres de ciclo siempre conllevan mucho trabajo. Es como cuando se hace la limpieza de la casa en el cambio de temporada. Pero qué bien queda luego todo, qué bien se respira y qué ligereza se percibe después.
Hoy os animamos a utilizar la herramienta del perdón, una herramienta muy liberadora. Os animamos a perdonar, no porque el otro lo merezca, no porque os ha dejado de doler lo que ocurrió o porque ha dejado de ser importante para vosotros, no; os animamos a perdonar simplemente para liberaros, para dejar de estar atados a esa persona, a esa circunstancia, a ese acontecimiento. Basta ya, es hora de soltar.
Cuando trabajáis con rosales o con cactus y os pincháis, ¿verdad que no presionáis cada vez más sobre la espina para que se clave aún más? No, lo que hacéis es sacarla y dejarla ir para que cese el dolor y para que cicatrice la herida. Pues eso os animamos a hacer con las heridas del alma. En lugar de seguir metiendo el dedo en ellas, en lugar de seguir ahondando en la herida, sacar el dedo y dejar que la herida cicatrice y cierre. Fue doloroso, posiblemente fue injusto, no lo merecías, pero la otra persona simplemente estaba en otro nivel de conciencia. La mayor parte del daño que ejerce el ser humano lo hace de forma inconsciente, sin poner ninguna voluntad en ello, ninguna intención, simplemente por desconocimiento, por falta de empatía, pero desde luego no de manera intencionada. Muy pocas veces se hace daño de manera intencionada, y aun así os aconsejamos perdonar, para que esa persona no siga siendo dueña de vuestro dolor.
El perdón es, si queréis verlo así, una forma de rebeldía, una manera de empoderarte, de apostar por ti mismo, por ti misma, de no dejar que el otro te gobierne a través del dolor. Siente qué hay debajo de esa herida, debajo de esa injusticia, debajo de esa frustración. ¿Qué hay? ¿Qué es lo que más te dolió? ¿Te sentiste abandonada, te sentiste traicionada o juzgada? ¿Qué es lo que realmente te dolió?
Ahora visualiza tu niño, tu niña interior, abrázala y entrégale eso. Dile:
"Yo sí te valoro, yo te comprendo y te amo profundamente. Yo sé cuánto vales y cuánto te esfuerzas. Yo estoy orgullosa de ti."
Y siente la ligereza en tu corazón. Y siente el sol en tu corazón. Y siente toda la fuerza de tu brillo, de tu luz. Puedes visualizar cómo esa luz en tu pecho sigue creciendo y creciendo hasta envolverte. Cómo envuelve la habitación en la que estás, tu casa, la ciudad. Es una luz imparable que sigue creciendo hasta envolver todo el planeta. Y sigue y sigue hasta unirse al sol. Siente el poder de ser uno con la tierra, con el sol. Siente su fuerza y su luz. Siente su poder. Siente la fuerza del cielo y la tierra en ti.
Nada puede dañar tu esencia, nada puede dañar tu luz ni tu brillo. No te apegues al pequeño personaje que crees ser. Deja que ese personaje crezca. Eres mucho más que una hija, que una hermana, que una madre, que una pareja. Eres mucho más que una amiga. Eres luz creadora. Eres amor. Y con la humildad que da el amor, piensa, cuando tú te equivocas y sin querer dañas a otro, lo mal que te sientes y cuánto agradeces que sea capaz de ver más allá de tu error y ver tu luz. Haz ese regalo tú también a los que te rodean. Libérate, libéralos. Y recupera tu luz, recupera tu poder.
El rencor te llena de sombra. El perdón es como abrir la ventana y volver a dejar que entre la luz y el aire y todo se renueve. Qué bien sienta respirar aire fresco. Permítete renovar el aire. Abre la ventana de tu corazón y deja que salga el rencor, que salga la pena, que salga la ira, que salga la tristeza. Y deja que entre la luz, que entre el aire fresco, que entre el amor y la compasión.
Queridos amigos. Ha sido un placer compartir este ratito con vosotros. Esperamos que os sintáis más ligeros. Aquí estamos siempre que queráis descargar vuestro corazón. Ahora date un paseo por un lugar hermoso, abraza un árbol, camina de descalza y deja que la luz del sol te llene de energía.
Os decimos hasta pronto. Y os abrazamos con amor.
MAESTROS, GUÍAS Y SERES DE LUZ
a través de Pilar González
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