"Hech@ para brillar"
«Todos sois portadores de la luz, sois lámparas luminosas, sólo tenéis que elegir brillar»...
Bienvenidos amigos, una vez más, en este mes tan especial, el mes de la luz. Por el solsticio de invierno vuelven a crecer los días, vuelve a crecer la luz; que sea también así en vuestros corazones. Abríos a la renovación, al renacer. No os apeguéis al personaje que creéis ser y permitíos cambiar, transformaros. Escuchaos a vosotros mismos, escuchaos con sinceridad, sin juzgaros, y permitíos hacer lo que sentís. Da igual si antes lo hacíais o no. Permitíos abandonar las cosas que ya no os sirven; aunque antes fueran importantes en vuestra vida, si han perdido peso y ya no lo son, dejadlas ir. Y permitíos hacer cosas nuevas. Si os apetece probar algo, si tenéis nuevas inquietudes, explorarlas.
Intentad dedicaros tiempo a vosotros mismos. No hace falta que sea mucho, pero incorporad en vuestro día a día pequeños momentos, para parar, para respirar, para observaros, para sentir cómo estáis y para hacer las cosas que os gustan, que os nutren, que os alegran. Esto es lo más importante que tenéis que hacer. Esto es lo que más os va a ayudar a vosotros y a los demás, porque cuando tú haces esas cosas estás bien, te sientes feliz, y eso lo transmites a los demás. Así es que la mejor manera de cambiar el mundo es cuidarte, mimarte, escucharte, respetarte, amarte.
Nosotros os amamos profundamente, os respetamos profundamente; hacéis un gran trabajo. Nosotros trabajamos en equipo con vosotros; a veces pensáis que la parte difícil la hacemos nosotros pero no es real. La parte difícil es la vuestra, es reconectar desde esa sensación de desconexión. El recuperar la consciencia es sin duda la parte más ardua. Nosotros sólo os sostenemos con todo nuestro amor y estamos encantados y a vuestra disposición, encantados de que nos tengáis presentes y de que nos hagáis cercanos en vuestras vidas.
Os vamos a pedir ahora que respiréis profundamente y, al soltar el aire, dejéis que las tensiones se evaporen y permitáis relajar vuestro cuerpo, dejar que cada vez pese más.
Id a vuestro corazón y sentid qué hay en él. ¿Hay algún pesar? ¿Hay algo que os preocupe? ¿Hay algún aspecto de vosotros mismos que queráis cambiar?
No te sientas culpable, no te juzgues, simplemente reconoce que eso está ahí.
Y ahora, como si fueras un niño, háblate como le hablarías a tu hijo, como le hablarías a un niño.
Y piensa cómo quieres cambiar esas cosas, cómo quieres cambiar esa actitud, ese problema; la próxima vez que te veas en esta situación o con esa persona, cómo quieres actuar. Y repítete a ti mismo:
Elijo actuar con amor, elijo ser generoso, elijo respetarme a mí mism@, elijo ser coherente.
Y todo esto es compatible, porque hay que ser generoso y actuar con amor, pero respetando siempre vuestra coherencia. No podéis ir más allá de esa coherencia, no podéis ir contra vosotros mismos, aunque sea por una aparente buena causa, ese es el límite. Y si hay una situación o una persona que no podéis afrontar, pedid ayuda o, si podéis eludirla, hacedlo. Y si no, pues pedid ayuda para que alguien os ayude a sostener eso. En cualquier caso respetad siempre vuestros límites y llegad hasta donde podáis llegar siendo coherentes.
Imaginad ahora que La Tierra está envuelta por una bruma azul celeste y blanca. Es como una bruma diamantina que la envuelve, pero es una bruma ligera que os acaricia, que os hace cosquillas. Y sentid cómo esa luz, esa energía, os envuelve y os transmite esa luminosidad, esa sensación de cosquilleo, de ligereza. Hace que os sintáis brillantes como diamantes.
Siente la luz, siente la luz en ti.
Permite que esa luz te recargue, siente su fuerza, su brillo.
Todos sois portadores de la luz, sois lámparas luminosas; sólo tenéis que elegir brillar, sólo tenéis que permitir que la luz actúe a través de vosotros, que se exprese en cada uno de una manera diferente, porque la luz es como el agua, se adapta al recipiente que la contiene. Y eso es lo maravilloso, que puede expresarse a través de cada uno de diferente manera y sigue siendo luz. Y cada uno le dais un color diferente y hacéis al mundo mágico y maravilloso, brillando en miles de colores diferentes.
Siente cómo esa bruma que te envuelve, esa energía amorosa, os une a todos. Siente cómo eres uno con La Tierra, con el cielo, con el resto de la humanidad. Por eso si tú brillas todo brilla, si tú te transformas todo se transforma.
Confía en tu corazón, permítete hacer eso que tanto deseas. Con el miedo, con las dudas, inténtalo, porque eres una estrella y estás hecho para brillar.
A veces las velas, cuando las enciendes parpadean hasta que se consolida la mecha. Pues cuando tú comienzas algo nuevo, igual, puedes sentirte con dudas y con miedo, y “parpadear”. Pero no pasa nada, sigue adelante, y permite que se consolide “tu mecha”, que se consolide tu luz. Y no te preocupes por lo que opinen los demás; la gente que te ama te apoyará, y quien no sea capaz de entenderlo, no es tu problema, simplemente está en otro lugar. No pasa nada si no todos te comprenden siempre, lo importante es que tú sí te comprendas. No pasa nada si no todos te apoyan siempre, lo importante es que tú sí seas tu mejor apoyo.
Yeshua, Jesús, no fue comprendido por la mayoría, pero siguió adelante, porque él sí confío en sí mismo, confió en su luz interior y confió en esa conexión con el todo. Pues tú eres exactamente igual, “a imagen y semejanza”. Siente tu poder interior, siente la divinidad que hay en ti y permite que se exprese en tu vida.
Queridos amigos, con amor os decimos hasta pronto. Disfrutad en este mes de la familia, de las reuniones, de los amigos, y sembrad paz y amor donde vayáis; pero para eso sembradlo primero en vuestros corazones. Sed generosos, porque no hay mayor regalo que le puedas hacer a otro, que la compasión. Mirad con los ojos del amor.
Maestros, Guías y Seres de Luz
a través de Pilar González
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